Mariana desnuda al sol

Mariana tumbada al sol es un capítulo aparte en el libro de la desnudez. Ella sola es la contraparte de la luz. Se extiende profana como un reto, y lucha en armonía contra el aire. Mariana es amiga del sueño, y éste se acomoda sobre ella para cubrirla. El sueño se sonroja de verla abierta al sol como si fuera un lienzo, pero a mí no me importa. Me siento junto a ella y la miro abandonarse entre dormidas fantasías a otros labios, a otras manos, a otros sudores. Mariana y el sueño yacen el uno con el otro. El sueño, mira al sol avergonzado, el sexo de Mariana, en cambio, lo mira con aplomo, como quien dice: "ya lo ves, yo siempre he estado aquí". Yo miro su piel como la selva que más tarde ha de abrirse para mí. Sonrío. El sueño y el sol, apenas se dan cuenta de que estoy ahí

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