El arranque de "Vecinos con Beneficios"

Primeras impresiones sobre el reality que trata el mundo swinger

Reality show sobre los swingersDos cosas odiamos la mayor parte de quienes vivimos  el ambiente: el conflicto y el escándalo. Lamentablemente, ambas son ingredientes indispensables para vender un Reality Show. La televisión de A&E ha encontrado un exitoso camino en la venta de formas de vida curiosillas y en la construcción de ficciones improbables que parecen realidades posibles. El género del canal podría definirse como telenovela disfrazada de documental. De esa manera, han logrado convertir en estrellas de la pantalla a buscadores de basura mercantizable, a tatuadores de distintos calibres a magnates del silbato para patos y a todo tipo de obsesos con legítimo derecho a la búsqueda de la felicidad. Sin embargo, anunciar que alguien se hizo millonario subastando contenedores da para 5 minutos de noticias, estirándolo mucho, tal vez para 10. Una serie de televisión con miras a franquiciarse debe, por casi por fórmula de manual, nutrirse de melodrama.



     A&E, otrora llamado con petulancia Arts and Entertainment, estrenó ayer "Vecinos con beneficios", una serie que promete mostrar el medio swinger de los suburbios norteamericanos. La historia se centra en Diana y Tony, y se sitúa en un barrio fresa que ha adquirido, paulatinamente, una densidad de población libertina mucho mayor a la habitual. El contexto, quizá un poco forzado, produce dos bandos en pugna, por el momento, cordial: la pareja liberal protagonista enfocada en la conquista y reclutamiento de nuevos matrimonios atractivos, y por otro lado, Mark y Aimee, los conservadores, religiosos, monógamos curiosamente fascinados por mantener a los ingenuos novicios lejos de la oscura influencia de Tony y su concubina. El vecindario se convierte pues, en una metáfora de privilegiado purgatorio donde Dios y el Diablo se disputan las almas jóvenes.

     La cadena dice que le interesa probar que: "Las personas que llevan adelante estas novedosas prácticas son las que uno menos imagina. "Vecinos con Beneficios" nos muestra la vida de un grupo de parejas compuestas por madres y padres comunes, que son vecinas en la vida real y tienen “matrimonios abiertos.”"(A&E). La tesis no posee, hasta ese momento, mucha novedad, pero la producción se las ha ingeniado para entonar el programa con un dejo moralidad que, desde la perspectiva de alguien que se ha definido como swinger desde hace mucho tiempo, parece chocante. Los problemas que los personajes enfrentan en su vida de pareja son, en efecto, posibles, pero la frecuencia, impuesta por la necesidad de mantener al público interesado, con la que estos conflictos ocurren, supera escandalosamente la norma del mundo real.

      El problema de la televisión documental es que dejó de documentar y en, cambio, apostó por complacer; pienso que cuando veo los programas de gente que baja de peso o recurre a niñeras milagrosas para educar a sus desproporcionadamente malcriados vástagos, ambos mundos alejados al mío, me compro la idea  del realismo. La tele me sirve, en esos casos, para afirmarme, para decir que yo ya lo sabía, que era obvio, que yo tengo la razón y que todos los gorditos del mundo deberían escuchar mis sabios consejos. Es decir, vemos realities para comprometernos con las concepciones que habíamos construido previamente. Eso pasará, sin duda, con "Vecinos con Beneficios".

       Unos diremos, "Los conflictos están exagerados, la cosa no es así y, al final, de todas formas, los personajes son felices con su estilo de vida". Otros dirán: ¿Ya ven como se ponen de gachas las cosas cuando la gente no respeta sus matrimonios y andan por ahí de coscolinos haciendo y deshaciendo sus propias reglas? " Y en ese sentido, no termino de convencerme de que este "novedoso, polémico y controversial show" aporte, en verdad, algo.


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