Todos hemos jugueteado con las posibilidades sexuales de los objetos cotidianos. Es común que, mientras esperamos, un salero nos recuerde las curvas de una mujer o una botella nos haga pensar en símbolos fálicos. La diferencia entre los mortales y los artistas es la capacidad de hacer algo con estas ocurrencias. En ese sentido, los dibujos eróticos de Julian Murphy,Etiquetas: Arte erótico