Deslizó su mano por la cara interna de su muslo. Estaba sentada en una silla, con las piernas entreabiertas mostrando al hombre que estaba frente a ella todo lo que aquél podía desear. Él, sentado en el sillón, estaba tenso, ansioso. Sus ojos se desplazaban de la puerta al oscuro centro de su cuerpo...
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