Tanto por avanzar

perspectiva swinger

-Reflexiones desde nuestra perspectiva swinger-

Vivo en el clóset. No me quejo, sólo lo declaro. Desde hace mucho tiempo, Mariana y yo asumimos que ser parte de la comunidad SW ofrecía dos vías posibles: convertirnos en empresarios y vivir de ello o mantener una doble vida claramente delineada. Lo irónico es que los tiempos que corren nos dicen que no tendría por qué ser así. Miles de batallas mediáticas y sociales han sido ganadas por grupos que convirtieron la utopía en una verdad ya incuestionable. NADIE DEBE SER JUZGADO POR SU IDENTIDAD SEXUAL. Esa es, quizá, la más grande conquista de nuestros tiempos. Pero los swingers, nos seguimos moviendo entre las sombras.

     "No hay espacio legal para lo que hacemos". Me decía el dueño de un célebre club, mientras tomábamos un trago. Hablaba de la operación semiclandestina de todos los locales del giro. Porque es legal tener un antro, es legal tener sexo consensuado, la desnudez es legal y sin embargo... ¡los dolores de cabeza que delegaciones, municipios y mafias locales hacen pasar a quienes organizan fiestas sw! En buena medida, las autoridades, alevosas por naturaleza, saben del terror que tenemos a vulnerar nuestro anonimato y se refocilan en él, porque ocupamos un lugar extraño en el entramado social. Somos un grupo del que la gente adora hablar, pero del que es raro que alguien se quiera informar. Incluso es raro que alguien quiera fungir como vocero.

     Tengo una alarma de Google para enterarme cada vez que hay una noticia que contenga la palabra "Swingers". Vamos, que me gusta saber lo que pasa en nuestro mundo. Si la alerta estuviera programada para decir "Irán" o "UNAM" seguramente mi objetivo se cumpliría, pero mi alerta dice "Swingers" y los encabezados que recibo en dosis de uno cada tercer día son del tipo: "Acusan a exesposo de Fulana de ser swinger y traficar con drogas", "Cancelan programa que habla de los swingers", "Orgía en asilo de ancianos termina con no sé cuántos muertos". Conformamos una comunidad con imán para el escándalo en un mundo en el que ya resulta inverosímil que la gente se siga escandalizando ante la diversidad sexual. Pero así es y ni modo. El punto es que ninguna de las noticias que recibo se genera desde la propia comunidad sw. Cuando hablamos, ni Google nos escucha.

     No deja de parecerme gracioso, por otro lado, el tono en el que muchos medios hablan de nosotros, especialmente, aquellos que se enarbolan como progresistas y liberales. Hay una distancia, no científica más bien higiénica, entre su narrativa y la comunidad a la que describen. La frase común (¿temor disimulado?) que la radio y la televisión repiten casi sistemáticamente es "Yo respeto, pero nunca podría". ¿Qué necesidad de aclarar el respeto? Si algo me han enseñado los años de analizar el discurso es que, como decía mi madre, explicación no pedida, culpa manifiesta. Quien inicia "No es por molestar, pero..." generalmente, lo que quiere es molestar. Quien afirma respetar y luego le adosa una conjunción adversativa, dice más sobre sus propios prejuicios que sobre aquello que describe.

     Sin embargo, lo que hacemos tampoco tiene nada de extraordinario. El alto consumo de sexo grupal en el el porno nos dice que, al menos en teoría, los ciudadanos de a pie fantasean constantemente con nuestras prácticas sexuales. Entonces, ¿a qué le temen? ¿Por qué esta urgencia por distanciarse de nosotros. Tal vez la raíz esté en que, por muy bombardeo mediático, nuestra cultura tiene la heteronormatividad incrustada en el ADN. La televisión nos enseñó a los mexicanos que es cool ser tolerante con la comunidad LGB. Comenzamos a sentirnos  más incómodos cuando, a las siglas, le sumamos la primera T, pero agregar el resto de las letras que forman el acrónimo que abandera la lucha por la igualdad, produce francas urticarias entre la autodenominada gente "normal".

      Pero el caso de los swingers es todavía más raro. Nosotros no alcanzamos un estatus que permita abrir la conversación en un plano que vaya un poco más allá de lo anecdótico, ¿de lo morboso? Cuando Mariana y yo salimos de clóset con nuestros amigos más cercanos esperábamos una lluvia de preguntas... Nunca llegaron. Después, hablando con otras parejas sobre el tema, descubrimos que es común que aquellos vainilla que saben sobre la identidad secreta de algunos libertinos, tampoco quieran mencionar el asunto. ¿Es en serio? Si yo fuera amigo de Batman, viviría en un eterno interrogatorio sobre ese mundo del que nada sé. Pero de lo que hacemos nosotros, (que aparentemente es bueno para vender noticias sensacionalistas) es mejor no decir nada. Raro, muy raro.

       Más raro resulta la facilidad con la que mis compañeros de trabajo comentan que sus aventuras extramaritales sin que a nadie le cause escozor. Una cana al aire, un accidente, una cita en un hotel, no parecen poner en riesgo el status quo, la preservación de la familia modelo: papito-mamita y los hijitos. Sin embargo, si yo soy cómplice de los devaneos sexuales de mi esposa, entonces sí, algo anda raro. Algo está muy mal y tanto mi virilidad como mi estabilidad conyugal quedan muy entredicho. El público entiende bien que la monogamia es una utopía, por eso perdonan con facilidad las infidelidades, pero la complicidad... ¡Ay nanita, eso sí ha de ser del demonio!

       ¿Qué sigue entonces para nosotros? Producir nuestro propio discurso. Generar nosotros mismos la conversación que quisiéramos ver en la tele o en la prensa. Cuando surgen proyectos que sirven de foro para la comunidad, no falta quien me pregunte si me molesta la competencia. Nunca. Ni cerca, porque mientras más seamos las voces que hablan de la feria desde la feria, mientras más variedad de opiniones, de tonos, y de maneras de aproximarnos al lifestye haya, más nos alejaremos de los prejuicios, de las condenas y de los estereotipos. Los swingers no somos tal o cual cosa. No somos sólo eso. No vivimos ni percibimos lo que hacemos de una sola forma. Somos una comunidad vasta con millones de cosas que decir y discutir. Mientras más lo hagamos, mejor para todos.
     

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